jueves, 25 de febrero de 2016

LA ILUSIÓN DE UN NIÑO (Microrrelato)

Un tornado azotando la ciudad. Una lluvia y granizo cayendo intensamente. Un tumulto de gente corriendo en diversas direcciones. Sin luz, sin visibilidad, pánico por en cada esquina. Mi padre y yo refugiados en nuestra casa. Yo, con mi mentalidad de niño, me metí en la cama acurrucado, con ganas de que pasara, pensativo y paciente; haber cuánto tardaba en irse el miedo en mí. Fui a encender la luz de mi lamparita para sentirme un poco más protegido.

La luz se encendió y mi cuarto rebosaba de luminosidad. La luz de la ventana del vecino también se encendía al instante después de la mía. Una lámpara de enfrente de nuestro piso, volvió a iluminar nuestra agradable calle. La luz había vuelto; y la lluvia, había cesado.
Había salvado a la ciudad con creces,simplemente pulsando un insignificante botón.

Todos los vecinos sabían de mí y venían a agradecérmelo. El día de después tuve mi comida favorita esperándome en la mesa. Esa tarde quedamos todos mis amigos y yo para ir a jugar al parque. Todo fuera de lo normal. Era perfecto. Ese día en el colegio recibí muy buenas notas y me dieron un caramelo de recompensa. Algo extraordinario.

Escuché un ruido, abrí los ojos y seguía en mi cama. Entró mi padre y me dijo que todo había pasado. Todo había vuelto a la normalidad y nada especial había ocurrido en ese cuarto de hora en mi pequeña habitación; por lo que me fui al salón a ver la tele. Antes de salir de mi cuarto mire atrás para asegurarme de que estaba todo en orden; y sí; la lámpara seguía encendida.



sábado, 20 de febrero de 2016

EL FÚTBOL

Muchos creen que el fútbol es un simple deporte en el juegan 11 personas contra otras 11 y están todo el tiempo detrás del balón; pero hay mucho más detrás de todo eso y la gente que juega a fútbol o le gusta de verdad sabe lo que significa.

Mi manera de ver el fútbol puede ser igual a la de mucha gente, estoy seguro, y yo pienso que es una manera de desconectar de todo; olvidarte de los problemas que tengas por un rato y en ese tiempo, divertirte y pasártelo bien. Cuando juegas al fútbol sientes felicidad y sobre todo -en muchos de los casos- es un cachondeo ya que hay pachangas entre amigos que se juegan para disfrutar y echar unas risas.

Además, en este deporte se conoce a mucha gente y con los propios compañeros de tu equipo; si tenéis buena confianza y una buena relación; es muy fácil jugar y se disfruta haciéndolo. Muchos dirán hablando del tema de los futbolistas profesionales, que solo juegan por dinero; y no digo que no; ya que básicamente es una manera de ganar dinero igual; pero algunos de los jugadores más famosos si que les gusta realmente el fútbol y darían lo que fuera por ello.

El fútbol es una parte muy importante de mi vida y no la cambiaría por nada, porque para mi es mi pequeño momento de desconectar y disfrutar un rato con un balón en los pies; que parece una tontada, pero es mucho mas que un simple deporte.





martes, 9 de febrero de 2016

ALGO DIFERENTE

Cuando tenía 5 años y ya empezaba a tener mi grupito de amigos en el colegio, nos tuvimos que ir a vivir a Estados Unidos durante un tiempo -1 año para ser exactos- por motivos de trabajo de mi padre. Con aquella edad no sabía muy bien lo que eso iba a suponer, pero lo único que sabía era que dejaba atrás a mis amigos y mi casa durante un año.

Denver (Colorado) fue el lugar en el que pasamos aquel año. Los 2 primeros meses fueron bastante duros, entre que me adapté al nuevo colegio, y por supuesto, me habitué al idioma. Todo era muy diferente; las casas, el paisaje, la ciudad, todo. Pero una de las cosas que realmente recuerdo es el trato de las personas. El primer día de colegio estaba muy nervioso y todos los demás compañeros me ayudaron mucho y enseguida empecé a relacionarme con ellos; tanto es así que desde ese día, quedaba con mis amigos del colegio para cualquier cosa.

La vida allí era muy distinta, en el colegio me lo pasaba genial pero había muchas semanas que no había que ir y nos daban fiesta; ¿entonces que hacía?. Básicamente me pasaba los días jugando a las maquinetas en el sótano de uno de mis mejores amigos con el cual aún sigo teniendo relación hoy en día; y si no era eso, íbamos a una sala de recreativos que había muy cerca de allí. Todo era perfecto, pero de vez en cuando echaba de menos lo que había dejado atrás.

Las fiestas allí eran a lo grande y era todo el vecindario una verdadera fiesta. Todo el mundo se disfrazaba para Halloween e iba a pedir caramelos; y para Santa Claus todos los niños íbamos a pedir a los regalos que queríamos, que casualmente había venido al centro comercial a recoger nuestras cartas.

Una anécdota a mencionar ocurrió cuando estábamos en verano, y mi padre y yo habíamos ido al cine a ver una película de dibujos animados. La película se corto de repente y salimos fuera haber que pasaba. Un tornado estaba en la zona, y en la calle estaba granizando muy fuerte, lloviendo de una manera exagerada y la luz de la ciudad se había ido. No fue a mucho más y estuvimos refugiados en nuestro apartamento hasta que pasó. Pero lo gracioso es, que al ser un crio, fui a mi cuarto e intenté encender la lámpara; y dios sabe cómo, se encendió, y seguidamente la del resto de la ciudad. Aún sigo creyendo que yo hice que la luz volviera (aunque posiblemente no sea así).

Aquel año que estuve en Denver significó mucho para mí y no lo cambiaría por nada; y espero que dentro de unos años, vuelva allí un buen tiempo, no se sabe hasta cuando, y pueda volver a repetir la experiencia que tuve de pequeño.