martes, 9 de febrero de 2016

ALGO DIFERENTE

Cuando tenía 5 años y ya empezaba a tener mi grupito de amigos en el colegio, nos tuvimos que ir a vivir a Estados Unidos durante un tiempo -1 año para ser exactos- por motivos de trabajo de mi padre. Con aquella edad no sabía muy bien lo que eso iba a suponer, pero lo único que sabía era que dejaba atrás a mis amigos y mi casa durante un año.

Denver (Colorado) fue el lugar en el que pasamos aquel año. Los 2 primeros meses fueron bastante duros, entre que me adapté al nuevo colegio, y por supuesto, me habitué al idioma. Todo era muy diferente; las casas, el paisaje, la ciudad, todo. Pero una de las cosas que realmente recuerdo es el trato de las personas. El primer día de colegio estaba muy nervioso y todos los demás compañeros me ayudaron mucho y enseguida empecé a relacionarme con ellos; tanto es así que desde ese día, quedaba con mis amigos del colegio para cualquier cosa.

La vida allí era muy distinta, en el colegio me lo pasaba genial pero había muchas semanas que no había que ir y nos daban fiesta; ¿entonces que hacía?. Básicamente me pasaba los días jugando a las maquinetas en el sótano de uno de mis mejores amigos con el cual aún sigo teniendo relación hoy en día; y si no era eso, íbamos a una sala de recreativos que había muy cerca de allí. Todo era perfecto, pero de vez en cuando echaba de menos lo que había dejado atrás.

Las fiestas allí eran a lo grande y era todo el vecindario una verdadera fiesta. Todo el mundo se disfrazaba para Halloween e iba a pedir caramelos; y para Santa Claus todos los niños íbamos a pedir a los regalos que queríamos, que casualmente había venido al centro comercial a recoger nuestras cartas.

Una anécdota a mencionar ocurrió cuando estábamos en verano, y mi padre y yo habíamos ido al cine a ver una película de dibujos animados. La película se corto de repente y salimos fuera haber que pasaba. Un tornado estaba en la zona, y en la calle estaba granizando muy fuerte, lloviendo de una manera exagerada y la luz de la ciudad se había ido. No fue a mucho más y estuvimos refugiados en nuestro apartamento hasta que pasó. Pero lo gracioso es, que al ser un crio, fui a mi cuarto e intenté encender la lámpara; y dios sabe cómo, se encendió, y seguidamente la del resto de la ciudad. Aún sigo creyendo que yo hice que la luz volviera (aunque posiblemente no sea así).

Aquel año que estuve en Denver significó mucho para mí y no lo cambiaría por nada; y espero que dentro de unos años, vuelva allí un buen tiempo, no se sabe hasta cuando, y pueda volver a repetir la experiencia que tuve de pequeño.





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