Franz Kafka fue un escritor austrohúngaro nacido a finales
del siglo XIX, el 3 de julio de 1883, en Praga. Se formó en un ambiente
cultural alemán, y se doctoró en derecho. Además de su trabajo de oficina,
quiso dedicar parte de su tiempo a desarrollar una obra literaria tan
desgarradora como la propia realidad. Muchas de sus obras pasaron inadvertidas
hasta después de su muerte.
Centrándome ya más en la obra de "La Metamorfosis", antes de seguir con la reseña, he de
decir que pensaba que me iba a resultar un libro pesado y algo espeso. Aunque
la novela es de corta extensión, el inicio de la obra no terminaba de llamarme,
pero algunos compañeros de clase me animaron a leerla ya que decían que era
impresionante y que podías reflexionar sobre muchas cuestiones.
La metamorfosis es una novela corta que la mayoría de la
gente debería conocer. La narración es muy fluida y a veces incluso divertida,
aunque el relato es duro e impactante en ocasiones. Mucha gente puede saber
sobre qué va la historia, especialmente por su comienzo ("Una mañana, tras un sueño tranquilo, Gregorio Samsa se
despertó convertido en un monstruo insecto").
El protagonista
es un vendedor que vive con sus padres y una hermana, y cuyo escaso sueldo es
el que mantiene a toda la familia. Todo su mundo se derrumba, por decirlo de
alguna manera, por la transformación de Gregor. Es algo estremecedor leer esta
parte de la novela en la que el entorno familiar da un cambio; y en donde tú
mismo puedes identificar esta transformación con hechos cotidianos (cómo el alcoholismo, algún problema mental, etc.)
Franz Kafka
detalla de una forma impactante, un cambio, una metamorfosis de una persona querida; en un monstruo
espantoso. Muestra el cambio y sus fatales consecuencias personales y sociales
que incluso a mi parecer, asustan más que el propio bicho. En mi opinión este
es uno de los mejores libros para poder hacer una reflexión sobre el tema que
simboliza Gregor; para poder pensar sobre nuestras actitudes y formas de
reaccionar anímica y emocionalmente ante ciertas situaciones. Es una conclusión
peculiar, pero este absurdo monstruo podemos ser todos, y cada uno de nosotros,
en un momento dado, se puede ver en tener que amar o incluso soportar a un
"monstruo".